Page 67 - Banca Pueyo 125 Anos
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El Banco de Villanueva de la Serena (1957-1968)
ciara la andadura ininterrumpida y, por primera vez, los órganos colegiados serán
los que determinen a partir de ahora los nuevos retos que se plantearán. La ges-
tión individual pasa a ser colegiada, lo que significa nuevos tiempos y una
metodología de trabajo diferente. Como se desprende de la anterior
estipulación, tanto el Consejo de Administración como la Junta
General se convierten en los referentes necesarios para llevar a
cabo y dejar recogidas a través de las actas, las decisiones
que se vayan tomando en lo sucesivo. Es verdad, que la enti-
dad se ha pensado con un carácter presidencialista, aunque,
al menos sobre las disposiciones, a partir de ahora tendrán
una corresponsabilidad con los miembros que componen los
dos organismos creados al efecto.
Lo cierto es que sigue siendo una entidad pequeña, con
única sede en Villanueva de la Serena, que mantiene una reducida
plantilla ajustada al volumen de trabajo y que lo gestiona de forma
eficaz, pero el nuevo marco laboral y jurídico supone un cambio sustancial, Antiguo logo del banco
pues le permite dos cuestiones en un futuro cercano, nada desdeñables:
por un lado, la contingencia de seguir trabajando sin la dependencia directa de
una persona y, por otro, la posibilidad de conformar una expansión de la entidad.
Queda claro que bajo estas premisas se aprobaron los estatutos y no hay que
olvidar tampoco que la nueva legislación abocaba al cambio jurídico de aquellos
banqueros que a título individual habían venido funcionando como tales desde
1921 con la Ley Cambò.
Definidas y delimitadas de forma clara y concisa las funciones de cada
órgano colegiado que administra la sociedad anónima Banca Pueyo, la distribu-
ción de cargos quedó establecida como previamente se expuso: D. Ricardo del
Pueyo y Pueyo fue nombrado Presidente; Dª Petra Cortijo Álvarez sería la Secre-
taria; más tres vocalías que fueron asignadas a Dª Guadalupe del Pueyo Cortijo,
Dª Concepción del Pueyo y Pueyo y Dª Gregoria del Pueyo y Pueyo.
La salud de Ricardo del Pueyo se ve
progresivamente mermada, incapacitándole para
continuar la labor que había emprendido varias
décadas atrás. Esto tiene como consecuencia
que el protagonismo sea asumido por los traba-
jadores, que se han convertido por esas fechas
en pilares fundamentales para el sostén de los
negocios financieros. Emilio Calderón, Emilio
Ridruejo y Guillermo González Ridruejo encabe-
zan la gestión del nuevo banco, y la confianza
que Ricardo del Pueyo delegó en estas tres per-
sonas se verá recompensada a través del des-
empeño profesional de sus funciones.
A modo de anécdota apuntaremos que
en esta década de los cincuenta la familia del
Pueyo adquirirá un vehículo nada corriente para
la época. Se trataba de un automóvil, marca
Chrysler, que había sido encargado por el emba-
jador de los Estados Unidos en Madrid y que
finalmente fue adquirido por la familia a través de Chrysler propiedad de Ricardo del Pueyo
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ciara la andadura ininterrumpida y, por primera vez, los órganos colegiados serán
los que determinen a partir de ahora los nuevos retos que se plantearán. La ges-
tión individual pasa a ser colegiada, lo que significa nuevos tiempos y una
metodología de trabajo diferente. Como se desprende de la anterior
estipulación, tanto el Consejo de Administración como la Junta
General se convierten en los referentes necesarios para llevar a
cabo y dejar recogidas a través de las actas, las decisiones
que se vayan tomando en lo sucesivo. Es verdad, que la enti-
dad se ha pensado con un carácter presidencialista, aunque,
al menos sobre las disposiciones, a partir de ahora tendrán
una corresponsabilidad con los miembros que componen los
dos organismos creados al efecto.
Lo cierto es que sigue siendo una entidad pequeña, con
única sede en Villanueva de la Serena, que mantiene una reducida
plantilla ajustada al volumen de trabajo y que lo gestiona de forma
eficaz, pero el nuevo marco laboral y jurídico supone un cambio sustancial, Antiguo logo del banco
pues le permite dos cuestiones en un futuro cercano, nada desdeñables:
por un lado, la contingencia de seguir trabajando sin la dependencia directa de
una persona y, por otro, la posibilidad de conformar una expansión de la entidad.
Queda claro que bajo estas premisas se aprobaron los estatutos y no hay que
olvidar tampoco que la nueva legislación abocaba al cambio jurídico de aquellos
banqueros que a título individual habían venido funcionando como tales desde
1921 con la Ley Cambò.
Definidas y delimitadas de forma clara y concisa las funciones de cada
órgano colegiado que administra la sociedad anónima Banca Pueyo, la distribu-
ción de cargos quedó establecida como previamente se expuso: D. Ricardo del
Pueyo y Pueyo fue nombrado Presidente; Dª Petra Cortijo Álvarez sería la Secre-
taria; más tres vocalías que fueron asignadas a Dª Guadalupe del Pueyo Cortijo,
Dª Concepción del Pueyo y Pueyo y Dª Gregoria del Pueyo y Pueyo.
La salud de Ricardo del Pueyo se ve
progresivamente mermada, incapacitándole para
continuar la labor que había emprendido varias
décadas atrás. Esto tiene como consecuencia
que el protagonismo sea asumido por los traba-
jadores, que se han convertido por esas fechas
en pilares fundamentales para el sostén de los
negocios financieros. Emilio Calderón, Emilio
Ridruejo y Guillermo González Ridruejo encabe-
zan la gestión del nuevo banco, y la confianza
que Ricardo del Pueyo delegó en estas tres per-
sonas se verá recompensada a través del des-
empeño profesional de sus funciones.
A modo de anécdota apuntaremos que
en esta década de los cincuenta la familia del
Pueyo adquirirá un vehículo nada corriente para
la época. Se trataba de un automóvil, marca
Chrysler, que había sido encargado por el emba-
jador de los Estados Unidos en Madrid y que
finalmente fue adquirido por la familia a través de Chrysler propiedad de Ricardo del Pueyo
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