Los productos de inversión que más se negocian en los mercados de valores son los siguientes:

  • Renta fija.
  • Renta variable.
  • Fondos de inversión.
  • Productos híbridos.
  • Productos derivados (futuros, opciones, warrants, certificados de compra venta de opciones, …)
  • Productos estructurados.

Los productos de inversión, a raíz de la normativa MIFID II, serán clasificados como productos complejos o no complejos. Se clasificarán en uno y otro grupo atendiendo a una serie de requisitos.

Los productos no complejos cumplen las siguientes características:

  • Líquidos.
  • De bajo riesgo.
  • Fáciles de comprender.

Los productos complejos son los que no cumplen con todas o alguna de las características anteriores. Pueden suponer mayor riesgo para el inversor, suelen tener menor liquidez y, en definitiva, es más difícil entender tanto sus características como el riesgo que llevan asociados.
Puede consultar información más detallada al respecto en la “Guía sobre catalogación de instrumentos financieros como complejos o no complejos” del Departamento de Supervisión ESI – ECA de la CNMV ( https://www.cnmv.es/DocPortal/GUIAS_Perfil/GuiaInstrumComplejosNOComplejos.PDF ).
Al igual que respecto a los clientes, los productos pueden ser clasificados de forma interna. Para esta clasificación MiFID tampoco establece ningún criterio de perfilación.