Page 31 - Banca Pueyo 125 Anos
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La consolidación (1920-1938)
se quería dar el
impulso definitivo en
un nuevo marco
económico.
Miguel
Primo de Rivera se
hace con el
gobierno de España
a través de un golpe
de estado en 1923,
lo que conlleva una Letra de cambio de 1906
serie de cambios
estructurales a los que no es ajeno el sector financiero. En los siguientes años,
en concreto en 1925, se creará el Servicio Nacional del Crédito Agrícola (SNCA),
y su aparición se corresponde con el objetivo de poder facilitar créditos de cam-
paña, pero con el problema de contar tan solo con los siempre escasos recursos
públicos9. Poco después surge otro banco público, el Banco Exterior de España
(BEX), que comienza su actividad en el verano de 1929, poco antes de produ-
cirse el crack de la Bolsa de Nueva York y la consiguiente Gran Depresión que
asolará el panorama social y económico de las potencias occidentales y colap-
sará el comercio a nivel mundial.
Esa pugna entre los grandes bancos nacionales y las tradicionales casas
de banca reflejan a la perfección el caso de Pueyo Hermanos, banqueros comer-
ciantes que tienen un mercado restringido al ámbito de Villanueva de la Serena
y poblaciones de un entorno cercano. Es uno de esos numerosos pequeños
bancos locales que habitan en el territorio español, pero con una peculiaridad
con respecto al resto: su supervivencia en el tiempo.
Hasta la Ley Cambò, la tendencia natural de los negocios financieros
fue pasar de casa de banca a banco local, pues se aplicaron políticas bancarias
federalistas que provocaba que los bancos tuvieran una pequeña envergadura.
Según la clasificación de la citada ley, en una 4ª categoría estaban los Comer-
ciantes banqueros y Casas de Banca, que en el periodo 1921-1922 venía a
suponer unos 1.436 en todo el país. En el caso extremeño, las cifras son exiguas
con respecto al nacional, pues tan solo había 89 comerciantes banqueros en
todo el territorio regional, 58 en la provincia de Badajoz y 31 en Cáceres. En un
futuro cercano, estas casas de banca servirán en muchos casos para la apertura
de sucursales de bancos más importantes, contribuyendo a la ampliación de su
red operativa.
De entre las entidades más significativas de aquella época, ya empieza
a despuntar el de Pueyo Hermanos, liderado como hemos
señalado por Luis y Ricardo del Pueyo y Pueyo, pues se
encuentra por volumen de negocio entre las diez primeras
casas de banca de Extremadura. Otros casos son el de Hijos
de Clemente Sánchez en Cáceres; José Sáenz Azores en
Mérida; Zacarías de la Hera en Almendralejo; Hijos de Aran-
zana y Compañía y Matías Crespo en Badajoz; Raimundo
Pérez Pérez en Llerena o Manuel Apolo Sánchez y Viuda de
Francisco Trigo, ambos en Villafranca de los Barros. Todas
estas entidades financieras desaparecerán con el tiempo, al
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se quería dar el
impulso definitivo en
un nuevo marco
económico.
Miguel
Primo de Rivera se
hace con el
gobierno de España
a través de un golpe
de estado en 1923,
lo que conlleva una Letra de cambio de 1906
serie de cambios
estructurales a los que no es ajeno el sector financiero. En los siguientes años,
en concreto en 1925, se creará el Servicio Nacional del Crédito Agrícola (SNCA),
y su aparición se corresponde con el objetivo de poder facilitar créditos de cam-
paña, pero con el problema de contar tan solo con los siempre escasos recursos
públicos9. Poco después surge otro banco público, el Banco Exterior de España
(BEX), que comienza su actividad en el verano de 1929, poco antes de produ-
cirse el crack de la Bolsa de Nueva York y la consiguiente Gran Depresión que
asolará el panorama social y económico de las potencias occidentales y colap-
sará el comercio a nivel mundial.
Esa pugna entre los grandes bancos nacionales y las tradicionales casas
de banca reflejan a la perfección el caso de Pueyo Hermanos, banqueros comer-
ciantes que tienen un mercado restringido al ámbito de Villanueva de la Serena
y poblaciones de un entorno cercano. Es uno de esos numerosos pequeños
bancos locales que habitan en el territorio español, pero con una peculiaridad
con respecto al resto: su supervivencia en el tiempo.
Hasta la Ley Cambò, la tendencia natural de los negocios financieros
fue pasar de casa de banca a banco local, pues se aplicaron políticas bancarias
federalistas que provocaba que los bancos tuvieran una pequeña envergadura.
Según la clasificación de la citada ley, en una 4ª categoría estaban los Comer-
ciantes banqueros y Casas de Banca, que en el periodo 1921-1922 venía a
suponer unos 1.436 en todo el país. En el caso extremeño, las cifras son exiguas
con respecto al nacional, pues tan solo había 89 comerciantes banqueros en
todo el territorio regional, 58 en la provincia de Badajoz y 31 en Cáceres. En un
futuro cercano, estas casas de banca servirán en muchos casos para la apertura
de sucursales de bancos más importantes, contribuyendo a la ampliación de su
red operativa.
De entre las entidades más significativas de aquella época, ya empieza
a despuntar el de Pueyo Hermanos, liderado como hemos
señalado por Luis y Ricardo del Pueyo y Pueyo, pues se
encuentra por volumen de negocio entre las diez primeras
casas de banca de Extremadura. Otros casos son el de Hijos
de Clemente Sánchez en Cáceres; José Sáenz Azores en
Mérida; Zacarías de la Hera en Almendralejo; Hijos de Aran-
zana y Compañía y Matías Crespo en Badajoz; Raimundo
Pérez Pérez en Llerena o Manuel Apolo Sánchez y Viuda de
Francisco Trigo, ambos en Villafranca de los Barros. Todas
estas entidades financieras desaparecerán con el tiempo, al
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