Page 21 - Banca Pueyo 125 Anos
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Los inicios (1890-1920)
desarrollo económico del país. Por citar algunos casos, señalaremos el de
Simeón, afincados en Madrid; Larios, de Laguna de Cameros, en Málaga y en
el territorio extremeño, sobresalen muchas familias dedicadas a las actividades
comerciales: Romero de Tejada en Almendralejo, provenientes del Solar de
Tejada; la familia Vacas, asentada en Olivenza; Castillo y Gragera en Badajoz; y
en Villanueva de la Serena, los Santolalla, Vacas, Sáenz, Íñiguez o Ridruejo, entre
otros ilustres apellidos.
Por otro lado, la llegada a la población del ferrocarril en 1866 propicia la
apertura de nuevas perspectivas para un núcleo que no había dejado de crecer
poblacionalmente desde mediados del XVIII. La subida es exponencial, puesto
que pasa de tener 7.296 habitantes12 en el año 1842, a 10.710 en 1887, lo que
significa una subida en porcentaje del 31,8 %. El trazado de la línea ferroviaria
Ciudad Real-Badajoz, supone para Villanueva de la Serena el condicionamiento
urbano para el futuro desarrollo de su trama viaria. Pero es en el centro de la
población donde más se hace notar la pujanza económica de la capital de La
Serena: La Plaza se erige como el embrión de muchas actividades productivas
y las calles aledañas se convierten en un hervidero comercial. Es ahí donde situa-
mos la calle13 Tiendas, denominación ya de por sí axiomática. En la citada vía se
encontraba el negocio de Vicente Santa Olaya14, cobrador de efectos y giros,
pero sobre todo por la importancia posterior que adquirirá, estaba el de los Her-
manos Pueyo, dedicados a varias actividades económicas: venta de tejidos al
por menor, cobrador de efectos y giros y casa-banca.
Es precisamente el mencionado negocio bancario el que proporcionará
a Villanueva de la Serena una singularidad en este sentido. A partir de ahora, el
apellido del Pueyo y la ciudad de Villanueva permanecerán indisolublemente uni-
dos en su historia.
Desde su fundación
en el año 1890, la
hoy conocida como
Banca Pueyo, conti-
núa ejerciendo su
actividad, a pesar de
haber transcurrido
ya, ciento veinticinco
años desde el
comienzo de su
andadura; un caso
atípico en el pano-
rama económico
nacional y más con-
cretamente en el
negocio financiero.
Como bien recoge
Moreno Horrillo en la Estación FF.CC. de Villanueva de la Serena, comienzos siglo XX
publicación que la
institución bancaria hizo para conmemorar su centenario “su cometido era faci-
litar las transacciones entre comerciantes de tejidos de lana procedentes en su
mayoría de las Sierras de Cameros (Logroño), así como la compraventa de gana-
dos que se efectuaba en las importantes ferias de mulas que se celebraban en
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desarrollo económico del país. Por citar algunos casos, señalaremos el de
Simeón, afincados en Madrid; Larios, de Laguna de Cameros, en Málaga y en
el territorio extremeño, sobresalen muchas familias dedicadas a las actividades
comerciales: Romero de Tejada en Almendralejo, provenientes del Solar de
Tejada; la familia Vacas, asentada en Olivenza; Castillo y Gragera en Badajoz; y
en Villanueva de la Serena, los Santolalla, Vacas, Sáenz, Íñiguez o Ridruejo, entre
otros ilustres apellidos.
Por otro lado, la llegada a la población del ferrocarril en 1866 propicia la
apertura de nuevas perspectivas para un núcleo que no había dejado de crecer
poblacionalmente desde mediados del XVIII. La subida es exponencial, puesto
que pasa de tener 7.296 habitantes12 en el año 1842, a 10.710 en 1887, lo que
significa una subida en porcentaje del 31,8 %. El trazado de la línea ferroviaria
Ciudad Real-Badajoz, supone para Villanueva de la Serena el condicionamiento
urbano para el futuro desarrollo de su trama viaria. Pero es en el centro de la
población donde más se hace notar la pujanza económica de la capital de La
Serena: La Plaza se erige como el embrión de muchas actividades productivas
y las calles aledañas se convierten en un hervidero comercial. Es ahí donde situa-
mos la calle13 Tiendas, denominación ya de por sí axiomática. En la citada vía se
encontraba el negocio de Vicente Santa Olaya14, cobrador de efectos y giros,
pero sobre todo por la importancia posterior que adquirirá, estaba el de los Her-
manos Pueyo, dedicados a varias actividades económicas: venta de tejidos al
por menor, cobrador de efectos y giros y casa-banca.
Es precisamente el mencionado negocio bancario el que proporcionará
a Villanueva de la Serena una singularidad en este sentido. A partir de ahora, el
apellido del Pueyo y la ciudad de Villanueva permanecerán indisolublemente uni-
dos en su historia.
Desde su fundación
en el año 1890, la
hoy conocida como
Banca Pueyo, conti-
núa ejerciendo su
actividad, a pesar de
haber transcurrido
ya, ciento veinticinco
años desde el
comienzo de su
andadura; un caso
atípico en el pano-
rama económico
nacional y más con-
cretamente en el
negocio financiero.
Como bien recoge
Moreno Horrillo en la Estación FF.CC. de Villanueva de la Serena, comienzos siglo XX
publicación que la
institución bancaria hizo para conmemorar su centenario “su cometido era faci-
litar las transacciones entre comerciantes de tejidos de lana procedentes en su
mayoría de las Sierras de Cameros (Logroño), así como la compraventa de gana-
dos que se efectuaba en las importantes ferias de mulas que se celebraban en
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